LAS NUEVAS AMBICIONES DE TATA

El gigante que lo produce todo en la India tiene el deseo de obtener un reconocimiento mundial. Esto se conseguirá mediante una gama premium, en gran parte gracias al banco de órganos de la filial Jaguar – Land Rover.

Desde las comunicaciones hasta el acero, pasando por el café, la energía y los coches… Tata es un gigantesco conglomerado cuyas ramificaciones son difíciles de ver. Un Chaebol como decimos para Hyundai en Corea del Sur. Una historia de éxito en la que Ratan Tata está en el origen. Tras haber conseguido estructurar las 80 empresas del grupo en 7 sectores de actividad en los años 90 y 2000, revolucionó el mercado del automóvil en India con el Nano. El coche más barato del mundo, vendido en su momento por el equivalente a 1.700 euros en un contexto de fuerte desarrollo del microcrédito imaginado por Muhammad Yunus.

Tata nunca había tocado a JLR

En su búsqueda de desarrollo y reconocimiento más allá de las fronteras de la India, Tata compró el grupo Jaguar – Land Rover a Ford en 2008. En ese momento, muchos temían por el futuro del grupo británico. El hecho es que, 10 años después, tanto Jaguar como Land Rover están en mejor forma que nunca y Tata no se ha preocupado de desmantelar y repatriar las joyas de la corona a Mumbai.

Pero ahora Tata tiene la ambición de vender algo más que el Nano. Tanto es así que en el Salón del Automóvil de Ginebra (y ya no es habitual que la marca india esté presente), el gigante indio acudió con tres concept cars aspiracionales de gama alta, incluso premium, ya vistos en el salón de Nueva Delhi. Júzgalo tú mismo con el E-Vision (arriba), un coche de propulsión eléctrica con una autonomía de 300 km y una velocidad máxima de 200 km/h. El concepto 45X (abajo) se basa en la misma plataforma eléctrica y se parece más a un coche compacto.

El más interesante es el concepto H5X. Un SUV imponente con un carácter muy premium, señala el concesionario de coches Crestanevada Alicante. Mejor aún, se anuncia un modelo de producción para 2019 en versiones de 5 y 7 plazas. Técnicamente, Tata ha tomado prestados los fundamentos del Discovery Sport y ha utilizado los códigos del SUV de lujo a la fuerza, con habitabilidad, pantallas por doquier, calidad percibida, grandes llantas, una parrilla muy ambiciosa, un frontal muy vertical… La pega está bajo el capó, donde no encontrarás un motor Ingenium Diesel de JLR, sino un MultiJet de 2,0l con entre 140 y 170 caballos. Queda por ver qué llegará a la fase de producción y si se comercializará o no un Tata de gama alta en Europa dentro de unos años.